El Sistema Nacional de Educación Superior Tecnológica ha mantenido desde su origen en 1948, un gran interés por la formación integral de los estudiantes, muestra de ello es que, en la estructura organizacional de los Institutos Tecnológicos, se ha contado con áreas especializadas que se ocupan de atender este aspecto. En el transcurso del tiempo estas áreas de atención han adoptado diferentes denominaciones, servicios académicos, tecnología educativa, y actualmente desarrollo académico; cada denominación connota y determina su concepción y su forma de intervención para la atención de los estudiantes.
En todo este tiempo, dentro de estas áreas de atención, se han instrumentado diversas actividades de orientación educativa, con diferentes propósitos como: lograr la formación integral del estudiante, fortalecer el rendimiento académico, evitar la reprobación y deserción, promover la salud, mejorar las relaciones humanas, entre otros.
A través de cursos, talleres, conferencias, entrevistas, seminarios, congresos, mesas redondas, foros, y otros métodos y técnicas propios de la orientación educativa se atendían aspectos como los siguientes:
- Desempeño académico
- Promoción de la salud
- Prevención de adicciones
- Educación sexual y salud reproductiva
- Desarrollo de habilidades
- Integración al sistema
- Desarrollo personal
- Desarrollo profesional
En algunos casos estas actividades se han llevado a cabo con un carácter informativo, correctivo; han carecido de un sistema de evaluación, y el impacto de sus logros ha quedado en el ámbito local. La acción de planear, operar, y evaluar las actividades de orientación educativa, como las anteriores, eran realizadas por quien se desempeñaba como orientador educativo, sin compartir esta acción con el profesor.
A las actividades de orientación educativa en 1997, se incorpora de manera oficial, una nueva estrategia de apoyo a los estudiantes, denominada “Tutorías Académicas”; que tenía como objetivo el: “Establecer las normas y lineamientos para proporcionar tutorías académicas, con la finalidad de orientar al alumno de licenciatura técnica y licenciatura cuando así lo requiera y, de ésta manera crear las condiciones para elevar el nivel académico del alumno”.
En este procedimiento se define a la tutoría, como las “actividades de asesoría que realizan los profesores para apoyar a todos los alumnos en su desarrollo académico, profesional y personal durante su permanencia en la institución”.
Definir de esta forma a la tutoría, trae como consecuencia un cambio: la figura del profesor se torna indispensable para apoyar el desarrollo académico, profesional y personal del estudiante.
Las actividades de tutoría recaen exclusivamente en el profesor, y debe realizarlas dentro de sus horas de apoyo a la docencia e investigación, es responsable, además, de dar atención integral al estudiante durante toda su estancia en la institución, brindándole lo mismo asesoría académica, asesoría personal así como asesoría profesional, durante toda su estancia en la institución, sin contar con la formación profesional adecuada.
Para dar respuesta a la disposición de poner en marcha la tutoría, algunos tecnológicos desarrollaron propuestas que resultaron diversas en su extensión, contenido, cobertura y pertinencia, dificultando con ello una evaluación de las tutorías académicas a nivel nacional. Sin embargo en el ámbito local, algunos tecnológicos han alcanzado experiencias significativas, que permiten reconsiderar la implementación de la tutoría bajo un esquema más flexible y humanista, que propicie el trabajo colaborativo y la corresponsabilidad entre los actores educativos.
Un hecho que ha reforzado el propósito de contar con un programa de tutoría con elementos básicos homogéneos y que ha incidido en la mejora del proceso educativo, es que a partir del 2004, se dio a conocer en el Sistema Tecnológico el Modelo Educativo para el Siglo XXI (ME SXXI). En su contenido se plasman los principios y lineamientos generales que inspiran y proporcionan los cimientos para los procesos que se llevan a cabo en los Institutos dándoles un nuevo sentido y dirección. En este modelo se explicitan las tareas que guían, el quehacer de estudiantes, profesores, investigadores y gestores académicos; y es aquí donde se reorienta la acción del profesor como un facilitador del aprendizaje del estudiante y al estudiante se le asigna un papel activo, crítico y autogestivo.
A partir del 2005, se recurre a los lineamientos generales del ME SXXI para replantear los procedimientos académicos administrativos que sustentan las actividades de los planteles. Siendo uno de ellos el procedimiento de tutoría. Una vez establecido el procedimiento, se diseña un Programa Nacional de Tutoría, con la finalidad de acompañar al estudiante durante su trayectoria académica en el
Tecnológico, para que sea capaz de identificar y decidir la forma de satisfacer sus necesidades académicas personales e institucionales, que favorezcan el desarrollo de todas sus potencialidades.
El proceso de acompañamiento se dará bajo la tutela de profesores formados en la observación, orientación, canalización y seguimiento de las necesidades que surjan en la trayectoria académica del estudiante.
La Tutoría requiere de una corresponsabilidad, donde el profesor realice la observación, orientación, canalización y seguimiento de las necesidades que surjan en la trayectoria académica de sus tutorados, y el cumplimiento de las actividades complementarias que le corresponden a cada una de las instancias institucionales señaladas en el Procedimiento de Tutoría del 2006.